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Quién no ha soñado alguna vez con un viaje en autocaravana? Parecía una locura, hasta que empezamos a darle forma y concretarlo.

Antes que todo deben saber que para viajar hay que ponerse al corriente de las restricciones de cada país (cambian permanentemente, hay que estar atento a ello). Exigen PCR y si se tiene vacunación completa el camino es más llano. Hay que saber que hay que armarse de paciencia ya que hay colas, tiempos de espera y cuestiones diferentes a la que los viajeros veníamos acostumbrados.

La idea del recorrido en autocaravana había surgido hacía meses, pero con las cancelaciones de vuelos y restricciones de último momento no sabíamos si finalmente podríamos viajar, por lo que no reservamos nada con antelación y todo surgió casi casi espontáneamente, y salió más que bien!

Estando en Francia esperando por el Tour Du Mont Blanc y la fecha de la carrera UTMB, comenzamos a visitar las páginas de alquileres (hay muchísimas!). Teníamos poco tiempo, y decidimos hacer una consulta por instagram a @galaventura_  , genios de la #vanlife que nos asesoraron con la mejor onda. Nos recomendaron www.yescapa.es que es algo así como AIRBNB pero de autocaravanas. Son alquileres a particulares, lo mismo que cuando rentas un dpto. Como esto fue con muy poca antelación, por lo que les decía mas arriba, no tuvimos muchas opciones de elección, y así dimos con una autocaravana de 7 metros de largo, con espacio para 6! Equipada con cocina completa, baño completo, ropa blanca, mesa y sillas para exterior, toldo, etc.,  acordamos con su dueño que nos recogiera por el aeropuerto de Madrid para iniciar nuestro recorrido.

La meta era conocer País Vasco y La Rioja (zona de viñedos) sin reservas, parando donde nos fuera gustando. Arrancamos rumbo al norte. El GPS nos llevó por un camino rural (Castilla y La Mancha – Castilla y León) precioso!

Hicimos nuestra primera noche en Logroño. Sin mucha idea de campings y lugares de aparcamiento, estacionamos en un parque que admitía este tipo de vehículos y pedimos recomendaciones para ir caminando hacia la calle Laurel, la zona de bares de tapas. Estábamos a solo 15 minutos de caminata. Al día siguiente visitamos la bodega Ontañón y nos aprovisionamos de bebida para gran parte del circuito. Hicimos lo propio con variedad de quesos y jamones, para llenar la heladera y tener con que acompañar el vino.

El segundo día partimos rumbo a Zegama, ciudad ícono del Trail Running. Tiene una zona de Vans donde pudimos enchufarnos a corriente eléctrica, cargar y descargar agua. Esa noche llovió bastante (como suele suceder habitualmente en esas latitudes) lo que le dio su encanto a la segunda pernoctada.

Al día siguiente partimos hacia Zarautz. Nos recomendaron un camping sobre la costa que nos encantó (www.grancampingzarautz.com). Tanto nos gustó que nos quedamos dos noches. Estando allí un día tomamos el tren hacia San Sebastián y recorrimos la ciudad. Lo que tienen de bueno los campings es que muy cerca tienen paradas de buses donde conectan con estaciones de trenes o subtes para poder ir hasta el centro de la ciudad. Y no hace falta nada más. Zapatillas y a recorrer.

Día 5, viajamos desde Zarautz a Bilbao. También aparcamos en la zona de autocaravanas, en el punto casi más alto de la ciudad, la vista increíble nos permitía visualizar hasta el Estadio del Atlético. También fuimos en bus hasta el centro para conocer. Bilbao nos sorprendió. Cosmopolita y a la vez medieval.

Día 6, ya debíamos emprender el regreso. Para no repetir la ruta de ida, decidimos tomar el camino a Segovia y de paso conocer esta ciudad. Allí nos quedamos en el Camping del Acueducto (www.campingacueducto.com). Bellísima Segovia, nos encantó, parece un tapiz del Quijote. Cenamos en el Mesón de Cándido el típico cochinillo (www.mesondecandido.es).

Y al día siguiente llegamos al final de la aventura, debíamos devolver el vehículo en el aeropuerto de Madrid, hacernos PCR y tomar el vuelo a Buenos Aires. Fin. O mejor dicho…hasta la próxima aventura…seguiremos! wink

Pier