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Te pasó alguna vez probar algo dulce elaborado por otra persona, pedir la receta, hacerla en casa y… resultar cualquier cosa? Pues es muy común, me pasó mil veces y te cuento algunas razones:

A veces desconocemos las técnicas. Esto lo aprendí en la carrera de Pastelería. Hay cuestiones fundamentales que hacen a la técnica de cada preparación. Para eso, primero debes saber de qué preparación se trata. Es una torta? una masa? alguna preparación que debe levar?

Como la cocina es química, el orden de los elementos altera el producto. ¿Si te digo que hasta la temperatura de los ingredientes modifica los resultados? Y este tipo de “secretillo” lamentablemente no se pasa con el boca en boca en una receta. Por lo general suelen decirte “es una pavada, lo hacés en dos patadas, lleva solo 3 ingredientes, mezclás «bla bla» con «bla bla», al horno y listo”. A veces puede funcionar, pero muchas no.

Otra cosa que puede suceder es que quien te pase la receta “omita” algún ingrediente clave. Esto creeme me sucedió varias veces. Una vez me pasaron una receta de cupcakes y no había nada, pero nada de materia grasa en los ingredientes (ni yema, ni manteca, ni aceite…) jeje Si bien es cierto que, por ejemplo, hay miles de recetas de cupcakes, lo básico es básico y no puede faltar.
Puede haber reemplazos para hacerlos más saludables, como reemplazar harina de trigo por harina de almendras, manteca por aceite de coco…
Si sos de cocinar y probar recetas me vas a entender cuando digo que cada preparación lleva su orden en la incorporación de ingredientes. En una receta de cupcakes nunca agregarías los huevos al final.

Te cuento una anécdota. Mi amiga Ro, hace una torta marmolada con canela que es lo más rico que he probado (me encanta la canela). Es ideal para el mate o el té. Es la auténtica torta: esponjosa, alta, húmeda. La comí varias veces de su mano hasta que un día me pasó la receta.
La hice, y no me salió. La volví a hacer… y tampoco (soy de insistir…). Quedaba baja, y la miga no era igual. Un día le dije, «Ro, por favoooorrrrrr venite y la hacemos juntas en casa, no puede ser que no me salga esa torta!!!» Y una tarde vino Ro y la hicimos. Mejor dicho, la hizo ella, yo la miraba. En qué había fallado? En detalles clave: No estaba usando los ingredientes a la temperatura adecuada (leche y huevos fundamentalmente), luego, mi molde era de un diámetro mayor, lo que hacía que no tomara la altura necesaria y la miga pareciera menos esponjosa.

Lo lindo de la pastelería (igual que en la vida) es que todo se aprende. Ahora presto muchísima atención a esos detalles, y cuando no aparecen en una receta, los googleo. Y enseño a mis alumnos a hacer lo mismo.

Espero te sirva este primer tip y disfrutes de muchos otros que estoy muy ilusionada por compartirte.

¡Éxitos con esas cosas ricas!

Pier